sábado, 28 de junio de 2014

Ana María Matute. Nostalgia del infinito


Sin conservar algunos rasgos de nuestra niñez, sin conservar la inocencia, seríamos incapaces de levantarnos cada mañana. Cualquier persona adulta utiliza más recursos de su infancia de los que cree, reconocerlo supone dar un paso importante para alcanzar la madurez intelectual. «Es difícil que haya una línea en algunos de mis libros que no tenga su origen en la infancia –asegura Gabriel García Márquez–; durante los primeros ocho años de mi vida, tuve las experiencias que luego he elaborado poéticamente, literariamente a través de toda mi vida».
Esta confesión compartida por otros escritores como Ernesto Sábato, la corroboró Ana María Matute con la publicación de Cuentos de infancia, una recopilación de los textos que ella escribió entre los cinco y los catorce años. Al leer dichos relatos «lo que nos impacta y emociona es encontrar ya algunos de los elementos que constituyen el universo de sus grandes obras posteriores», según escribe Ana María Moix, que señala la avaricia frente a la pobreza como temas que aparecen en estos primeros escritos y que serán recurrentes en la obra posterior de la autora. «Sorprende –dice Moix– cómo la sensibilidad de una niña de cinco años, nacida y educada en el seno de una familia burguesa, económicamente acomodada, está ya marcada por la doliente huella que ha dejado en ella el descubrimiento de la pobreza»...

Sigue leyendo en  www.fotografiador.com

Las fotografías de esta sección están integradas en cubiertas de libros ficticios vinculados a nombres de proyección pública, cuyo único fin es ilustrar comentarios relativos a sus obras y biografías.
____________________________________________________________________
Texto y fotografías: Roberto Hoya. Copyright © 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario